Escalando: Las mulas no llegaron y comenzamos a escalar las montañas a las 6:15pm, logramos llegar a la comunidad de Shirimi casi a las 2 de la madrugada. Fué una travesía que marco nuestras vidas; las linternas se iban agotando, caminábamos a la orilla del risco, luego cruzar el río sin ver nada. De regreso el agua se nos agoto, el sol era agobiante y el cansancio nos paralizaba. . .pero llegamos, y lo más importante: Se predicó a Cristo, se realizó una jornada médica, se rapartieron regalitos, ropa y en fín Jesús fué glorificado.

El Trabajo Médico: La Misionera Johanna no estudió enfermería pero allí la conocen como la Pastora y Doctora. Son incontables los que han venido enfermos y hasta moribundos para atenderse y Dios nos ha dado el privilegio de mostrar su infinito amor cada vez que curamos a un niño, que escuchamos una madre desconsolada o a un padre desesperado porque su bebe no puede respirar y no hay para darle terapia, luego ellos se llevan el testimonio de Cristo a otras comunidades, a su hogar y en su corazón. He visto milagros poderosos, niños apunto de muerte y Dios darle vida, dos resucitaciones, familias indígenas convertidas y todo comenzó con un gesto de amor preguntádoles ¿Que Tienes?.

 Casa Misionera: En las noches los muchachos no se quieren ir a sus casas porque esperan con ansias la !arepa o el corn flakes¡. Allí cantamos, conversamos y luego cada quién agarra su hamaca para dormir y en la mañana hacemos el desayuno para todos. La casa misionera esta hecha de madera, con un solo cuartito y la cocina y ha servido como refugio y de hogar para el trabajo misionero.

Iglesia Casa de Dios: En el Tokuko se levanta la primera iglesia de toda esa zona en la Sierra de Perijá. Son incontables los testimonios y los hermosos momentos vividos en la humilde iglesia que fundamos para la gloria de nuestro Dios.